martes, 7 de diciembre de 2010

Gastronomía de mexico



El mexicano tiene una dieta muy rica en vitamina “T”, desde tiempos prehispánicos los pueblos mesoamericanos le rendían culto al maíz y en general a la agricultura. La cosntante alimenticia en el latinoamericano ha sido un consumo fiel a este grano. Quetzatcoatl le dio al hombre maya el primer grano de maíz, según el Popol Vuh la carne del ser humano proviene de la masa de dicha semilla que en náhuatl le llaman cintli.

Entonces el hombre se hizo a si mismo cuando de su propia carne creó las tlaxcllis (tortillas) y las grandes formas de preparar el maíz en deliciosos antojitos, esas garnachas que podemos deleitar en cada una de las esquinas de las ciudades y pueblitos.

Los sopes, gorditas, tlacoyos (o tlatlaoyos), flautas y demás antojitos han sido creados gracias a la imaginación, conocimiento y trabajo del amante de la comida que busca de placeres en el paladar para regocijar su espíritu bonachón. Ya Eusebia Dávalos Hurtado había citado 700 formas de comer el maíz en donde la mujer es la que domina su manipulación

El cronista Fray Bernardino de Sahagún relata algunas de las maneras de trabajar y comer el maíz en tiempos ancestrales “Comían también otras tortillas que llamaban quahtlaquelli; muy blancas y gruesas y grandes y ásperas; otra manera de tortillas comían eran blancas y otras pardillas, de muy buen comer, que llamaban tlaxclapocholli, también comían unos panecillos redondos, sino largos, que llamaban tlaxcallnimilli; son rollizos y blancos de largor de un palmo o un poco menos. Otra manera de tortillas corrían, que llamaban tlacepoalli ilaxcalli, que eran ahojaldradas, eran de delicado comer.”[2]

El maíz puede ir cocido gracias a la acción del calor a manera de fritura en aceite, directo en el comal, al vapor o en el horno, todo depende del gusto del cliente y el platillo a realizar.Algunas definiciones de estas sinfonías carbohidráticas son las chalupas y sopes los cuales son redondos y un poco más gruesos que la tortilla que se cosen en el comal para después untarles frijolitos machacados, con cebollita, queso y una salsa recién tatemada.
De los huaraches podemos presumir que al igual que los sopes son mas gruesos que las tortillas, van cocidas por el efecto de las brasas que le dan calor aunque el tamaño cambia, son alargados y de una forma singular: como si extendiéramos la mano. A estas tentaciones podemos agregarle lo que se nos venga en gana para acompañarla, siempre y cuando lleven su salsita con cebollita, cilantrito bien picadito para que se nos sentencie por un pecado completo y la penitencia sea la incitación de una nueva picardía.

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